Presentación del libro Apuntes de simbolismo artúrico, de José Carlos Fernández.
Jueves 21 de octubre de 2021, a las 19:30 horas, en Espacio Atenea.
A pesar de en la Edad media -y no sólo en la Alta Edad media, sino también en la Baja- había una gran ignorancia, fanatismo, crueldad y abuso de los derechos de unos y otros, también hubo una luz, un poder y un Ideal que evitó que las almas se sumergieran en el caos y la animalidad. Este ideal fue el Ideal Caballeresco, que indicaba el poder del espíritu sobre la materia, de la cortesía sobre la vulgaridad, del respeto sobre el abuso y del espíritu de la Aventura en los cuatro horizontes; incluso de lo Sagrado (simbolizado por la búsqueda del Grial) sobre la comodidad egoísta y la inercia estéril.
Este ideal comenzó con los libros de aventuras de caballeros, como la Canción de Rolando, o el ejemplo de valentía y lealtad en el Poema del Mío Cid. Pero a partir del siglo XII comienza el ciclo artúrico, que será ejemplo de reyes, caballeros y poetas trovadores y que estará en boca de todos, incluso de los más humildes. En el ciclo de Arturo existen una serie de alegorías y símbolos que claman en las profundidades del alma humana por la virtud y el servicio a los otros, el sentido de la nobleza y de una gran dignidad: el propio Rey Arturo y sus Caballeros de la Tabla Redonda, el Asiento Peligroso, la pureza y la perfección de Galahad, la búsqueda de la belleza de Sir Gawain, el sacrificio y la compasión de Parsifal, la espada Excalibur o lo que nombró a Galahad como el mejor caballero.