El pasado 16 de junio disfrutamos de los poemas de Esther Garboni, que presentó su libro de poemas «A mano alzada».
No olvido. Crezco hacia la luz, como las ramas crezco, hacia los otros….
Hablar de Esther Garboni no es hablar de un alma sensible que transmite en sus poemas, eso sería algo muy genérico, habitual y sencillo. Como se lee al final de su último poemario “A mano alzada” crea libros para pensar el mundo y define la poesía como “esa forma de resistencia”
Porque hay personas que no tienen voz, ni oportunidades, ni libertad. Pero ella lo ve, lo siente y conscientemente y con valentía lo plasma. Sus versos son gritos valientes y sutiles por muchos ignorados por la vergonzosa verdad que albergan. Porque ella “nota” y escribe para los demás, por los demás.
Hablar cara a cara con Esther es leer en sus ojos, unos ojos serenos pero con una fuerza que transmiten por sí solos, que captan belleza y dolor y que rápidamente ha aprendido a no desechar esas ráfagas de realidad y de intuición verdadera, de ahí sus bolsillos y cajones llenos de papeles con pequeñas frases e ideas que no se pueden olvidar porque con esa claridad del momento puede que no vuelvan. Luego como hilandera mágica las revisa, las une y nos deleita con esos poemas que nos emocionan pero también nos zarandean el alma (como tiene que ser).
Elena María Rodríguez
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