Como todos sabeis, Nepal ha sufrido en las últimas fechas dos devastadores terremotos que han dejado miles de victimas mortales, heridos y personas sin hogar. Una vez finalizada la labor de búsqueda y rescate de víctimas, se inicia otra fase igual de importante para los ciudadanos nepalies que es la de la reconstrucción de infraestructuras. Voluntarios de GEA España están trabajando en Nepal desde el día 9 de mayo y cada día nos envían sus crónicas de los trabajos que realizan.
Aquí os dejamos las crónica de los últimos días.
Martes 12 de mayo
Tras toda la mañana de trayecto en dirección a las áreas de Jaubari y Muchchok, moviéndonos con los 4×4 totalmente cargados, por pistas en muy malas condiciones, llegamos al punto de encuentro con nuestro contacto en el área, Nirmal Shrestha, que luego supimos que era el alcalde de Jaubari – VDC6 (Village Development Comitee). Allí tuvimos una reunión con él y varios habitantes de ambas comunidades.
Se realizaron diversas preguntas sobre accesibilidad a las instalaciones, población, tipo de distribución y calidad en origen de las fuentes de abastecimiento de agua. Ante la información recabada, se determinó que el problema de la población de Muchchok estaba en la red de abastecimiento y no en la calidad del agua, por ser ésta un manantial protegido. Por otra parte, la fuente de agua de Jaubari era un arroyo, que en condiciones normales daba agua bebible, pero que se enturbiaba en gran medida durante la estación de monzón, lo que sí supone un problema de tratamiento.
Al terminar la comida, sentimos un terremoto, no muy potente, pero prolongado (25-30 s) bajo nuestros pies.
A través de Dev recibimos la información sobre la intensidad del seísmo. Ha sido un nuevo terremoto intenso (7,4) en el distrito de Sindhupalchowk, que limita con Katmandú.
Uno de los vehículos se adelanta a la población de Jaubari, con Nirmal. Subimos hasta el depósito para evaluar las instalaciones de agua; básicamente un depósito de distribución (50 m3) que recibe agua de un arroyo.
La accesibilidad era dificultosa, pero contamos con numerosa colaboración de la gente del pueblo para transportar, por partes y con mucho esfuerzo los 600 kg de máquina hasta el emplazamiento. La planta de tratamiento de agua quedó básicamente montada cuando el sol ya se despedía.
En este transcurso se tomó la decisión de que el grupo se dividiera en dos, para que una parte del equipo pudiera salir y colaborar en las labores de búsqueda y rescate, en las primeras horas tras el nuevo seísmo.
Miércoles 13 de mayo
La primera unidad del equipo ya se había marchado la tarde anterior. Iniciamos la mañana con la visita a varios de los edificios dañados por el terremoto, de las cuales el centro de salud se mantenía con algunos daños.
En la escuela del poblado, las aulas dedicadas a primaria (de construcción precaria) estaba totalmente destruido. Un segundo edificio, de formación secundaria y oficinas de gestión, de construcción más moderna, presentaba grietas y daños estructurales, siendo entonces inadecuado para su uso. Los niños volverán a tener clase pronto, en un lugar o en otro. Queríamos ayudar así que con todas nuestras ganas nos dedicamos a ello.
A continuación, dedicamos toda la jornada a la instrucción de dos operarios del pueblo, así como de varios de los habitantes que no dejaron de aparecer y desaparecer durante las prácticas. Aprendieron rapidísimo.
Se dividió la formación en tres sesiones de explicaciones y ejecución práctica, evaluando el grado de comprensión de las distintas maniobras para el manejo de la planta. La primera fue sobre puesta en marcha de la bomba, generador y regulación de caudal. La segunda sobre operación básica de la planta y tratamiento con filtración y microfiltración. La última de las sesiones repasó conceptos, y añadió la práctica con adición de reactivos. Aunque el fontanero local no estuvo presente, porque estaba reparando su casa familiar, derrumbada por el terremoto, los dos operarios aprendieron rápidamente el manejo. En esa pequeña parcela, estaba medio pueblo, mezclando curiosidad e ilusión… la máquina del agua.
Al mismo tiempo se redactó un documento de donación y compromiso de mantenimiento y finalización de los aspectos técnicos necesarios para el buen funcionamiento del sistema.
Finalizadas las tareas de formación, se procedió al protocolo de firma y entrega de un fondo económico al alcalde, en un ambiente familiar y alegre.
Jueves 14 de mayo
Esta mañana nos ha costado arrancar. Estábamos cansados del día anterior. Nos levantamos a las 6 y salimos a las 8:45 h.
No tener prisa aquí lo captan enseguida y te imponen su ritmo de vida en el que las cosas van más lentas que en nuestro mundo.
Vamos a desayunar…. necesitamos una furgoneta… hay que llamar a la embajada… también necesitamos cambio de moneda… se enciende Internet… y no se mueve nadie… ni nada. Todo va lento.
Al final salimos con dirección al consulado de España con la intención de presentarnos y ofrecer al grupo para ayudar e informar de lo que estamos haciendo en el país.
Llegamos a un hotel donde está temporalmente la embajada de España desplazada desde Nueva Delhi para gestionar los problemas de evacuación de nuestros compatriotas y otros problemas mayores.
Informamos. La cónsul honoraria nos explica que hay necesidad de prestar ayuda en una pequeña localidad en la que todavía no ha llegado la respuesta de emergencias del país. Precisan que valoremos la zona y que ayudemos a los vecinos a recoger sus enseres de las viviendas dañadas. Que son el 90%.
Aceptamos ir.
Llega al hotel el padre Ángel, español, galardonado con el príncipe de Asturias por su enorme trabajo humanitario con la ONG Mensajeros de la Paz. Lleva a un fotógrafo como compañero y a tres componentes del BUSF (Bomberos Unidos sin Fronteras). Acaban de llegar al país y de entregar toda la ayuda humanitaria que traen. Nos saludamos y él se dispone a seguir visitando parroquias y otros asuntos. BUSF en tres horas ha terminado su proyecto. Les decimos nuestra misión y nos piden venir a colaborar. Aceptamos. Ellos ponen su furgoneta y la comida y nosotros les damos trabajo. Un buen trato.
Enseguida vemos que son muy buena gente. Coincidimos en la forma de valorar el trabajo.
Llegamos al pueblo en cuestión. Está devastado. Apenas se puede caminar por las calles y todo ofrece peligro de caer.
La comunidad nos pide que entremos a salvar cosas de escaso valor para un europeo: las ollas, elementos de cocina, algún mueble… pero cuando nos enseñan sus casas vemos que son un montón de piedras en medio de otros edificios a medio caer.
Ellos mismos ven que no es conveniente hacerlo.
Nos hacen varias peticiones para el pueblo que cogemos con la promesa de transmitir a la cónsul.
Vemos la gravedad de la situación del pueblo y sentimos impotencia de no poder hacer nada.
Hacemos una reunión con el BUSF para unificar criterios a la hora de informar a la embajada. Hay unanimidad. No era un trabajo asumible porque los riesgos eran muchos y la posible ayuda real poca.
Volvemos al hotel e informamos a una componente del cuerpo diplomático español.
Volvemos a Fresh Nepal y ¡sorpresa!, el resto del grupo ya ha regresado. Gran alegría del grupo.
Nos cuentan que cuando iban a salir de Jaubari la gente del pueblo, alcalde incluido, les estaban esperando para tomarse un té y hacer una ceremonia de despedida.
Les ungieron en la frente con colores rituales –una raya de color rojo que es símbolo de protección en el viaje–, les entregaron un pequeño ramo de color rojo a cada uno y unos pañuelos tradicionales a cada componente. Realmente esta ceremonia solo se hace para aquellos que son considerados sus amigos cercanos. O para un familiar o para quien ha hecho algo por ti.
Es de resaltar la conexión con el pueblo por su hospitalidad y hemos intercambiado contactos para poder asesorar técnicamente en el futuro si fuese necesario.
Se despidieron y empezaron el largo periplo de regreso hasta Katmandú.
Sinceramente creo que no solo ha sido un buen trabajo sino una manera de confraternizar poniendo a su disposición un recurso muy necesario.
Tras muchos abrazos y una buena aseada (no voy a decir ducha por que no hay). Somos invitados a cenar con todos los niños. Es la primera vez. Y ha sido muy bonito. Han empezado muy formalitos y tímidos y han terminado jugando, riéndose de todos nosotros (de la piel rosa de alguno) traduciendo nepalí al español, y aprendiendo frases graciosas.
El grupo está cansado y vamos a dormir.
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