Ante los tiempos tan inestables en los que actualmente vivimos, intentamos abrir una ventana hacia la comprensión de lo que nos rodea, y de lo que nos sucede diariamente. Esbozamos sonrisas maquilladas, que guardan nuestros más profundos secretos acerca de nuestros estados del alma y pasadizos interiores. El alma nunca nos miente.
Los valores pasados, de hace algunos años, parecen que ya no nos sirven; algunos valores actuales parecen que nos crean aún más desconcierto e infelicidad; y en cuanto a los valores futuros… ¿dónde están? ¿qué valores llenarán este vacío que existe sobre el rumbo de nuestra vida?
Como necesidad natural de todo ser humano, buscamos incansablemente una brújula y una esperanza de construir con realismo y practicidad unos nuevos VALORES, pero con la urgencia de que sean mejores.
La Filosofía, es uno de los caminos que nos ayuda a buscar y encontrar con auténtico sentido, valores útiles que nos aportan salud; una salud armónica que nos equilibra nuestra mente y nuestra psique. Estos valores, son los que se integran poco a poco en nuestro comportamiento, para alcanzar una realización humana más plena. En realidad, son los valores de siempre; los que nunca te decepcionan, los que nunca te dejan en un rincón solitario y oscuro. Son los valores clásicos, los valores atemporales; los que siempre están de moda porque precisamente nunca pasan de moda… incluso también en nuestro actual siglo XXI.
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